
Al joven pintor lo encontramos en Roma ya entre los años 1590 y 1592 aproximadamente.
Allí entra, después de pasar por diversas miserias, en el taller de Antiveduto
Grammatica, pintor de noble origen sienes. Posteriormente enferma de malaria,
ingresando en el hospital de la Consolazione y pintando varios cuadros durante
su convalecencia. Una vez recuperado, entra a las ordenes del Caballero de Arpino
como especialista en bodegones y posteriormente a las de Prospero Orsi, siendo
ambos famosos pintores de la Roma de la época.
Sin embargo, la época más importante para Caravaggio se iniciara en 1595 cuando
es acogido bajo la protección del cardenal Francesco Maria del Monte, embajador
de los Medici en Roma. Este cardenal era muy cultivado y amante de las artes,
ostentando también el cargo de Prefecto de la Fabrica de San Pedro del Vaticano.
Este mecenazgo se mantendrá hasta el año 1599 en el que por mediación del cardenal
obtendrá el encargo para decorar la Capilla Contarelli, en San Luis de los Franceses,
trabajo este que le llevara dos años.
Es en estos años, entre 1599 y 1600 cuando se produce un cambio en el estilo
de Caravaggio, usando de figuras silueteadas sobre un fondo oscuro y modeladas
por medio del juego entre sombras y luces (claroscuro).
Caravaggio vivirá en Roma, protagonizando diversos incidentes y trifulcas, hasta
el año 1606 en el que da muerte a Rannuccio Tommasoni en una reyerta causada
por un juego de pelota. Tiene que huir de la justicia, refugiándose en los dominios
del príncipe Marzio Colonna, donde se recupera de las heridas recibidas en la
pelea.
Una vez recuperado, Caravaggio se traslada a Nápoles, bajo la autoridad de los
reyes españoles, recibiendo allí numerosos encargos. Mientras tanto, en Roma
sus mecenas y protectores realizan numerosas gestiones para obtener el indulto
del pintor. En el año 1608 Caravaggio se dirige a Malta en busca del apoyo del
Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Malta, Alof de Wignacourt, al
cual retrata, y realizando también diversos encargos. A sí es nombrado Caballero
honorario de la Orden de San Juan. Sin embargo, es encarcelado por una disputa
de honor con otro caballero, teniendo que huir de la isla.
Así se dirige a Sicilia, donde trabaja en Siracusa, Mesina y Palermo. Caravaggio
desea retornar a Roma donde se encuentran sus mayores protectores y mecenas,
abogando Scipione Borghese en pro de su indulto. Con esta esperanza se traslada
a Nápoles en 1609 y allí es atacado por unos sicarios, probablemente contratados
por los caballeros de Malta, que le dan una gran paliza y desfiguran la cara
de un tajo.
En el año 1610, cercano ya el indulto, inicia su traslado hacia Roma estableciéndose
en Porto Ercole, lindante con los Estados Pontificios, con la intención de cruzar
la frontera tan pronto como éste le fuera concedido. Sin embargo, allí enfermaría
de malaria, muriendo de esta cuando ya se encontraba indultado por el papa.
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