El Tributo se ubica en el compartimento superior del lateral izquierdo de la capilla Brancacci.
Se narra la llegada de Jesús con sus apóstoles a Cafarnaum, recogida en
el Evangelio según San Mateo, en tres episodios dentro de la misma
composición: en el centro contemplamos al recaudador solicitando el
tributo a Cristo y éste indicando a Pedro que en el agua encontrará el
dinero; en el fondo, a la izquierda, observamos a san Pedro sacando una
moneda de la boca de un pez; y en la derecha el pago del tributo ante
una construcción. Las figuras del grupo principal se sitúan en un
paisaje, formando casi un círculo y vestidas a la manera griega. Su
monumentalismo está inspirado en las estatuas clásicas y en las obras de
Donatello por las que Masaccio sentía especial admiración. Conviene
destacar la expresividad de los rostros, que aportan una tremenda
sensación de realismo, reforzada por los gestos. Al ubicar al recaudador
de espaldas, el maestro intenta involucrarnos en la escena y hacernos
partícipes del episodio. La luz inunda la composición, resaltando los
colores empleados -que también sirven para dar efecto de perspectiva a
la obra colocando los más cálidos en primer plano y los más fríos al
fondo- y el efecto volumétrico de los personajes, interesándose Masaccio
por la anatomía, como se observa en las piernas del recaudador mientras
que los apóstoles ocultan sus cuerpos bajo pesadas túnicas. Incluso se
puede afirmar que existe una cierta sensación atmosférica, desdibujando
los contornos de la zona final. La arquitectura de la derecha es aún
algo arcaica pero sirve para obtener perspectiva. Esta obra será de
referencia para pintores de la siguiente generación como Paolo Ucello, Domenico Veneziano o Piero della Francesca.
Respecto al significado que Masaccio pretende transmitir con este
fresco existen diversas interpretaciones; se ha apreciado una referencia
a la reforma tributaria que se produjo en Florencia durante el año
1427, que obligaba a declarar las rentas propias con la introducción del
catastro; también se apuesta por una interpretación relacionada con el
comercio marítimo de Florencia en la escena del hallazgo de la moneda,
en clara alusión a Felice Brancacci, el patrono de la obra; otros
especialistas consideran que se debe parangonar a san Pedro con el papa
Martín V, cuya actividad se enfocó a la consolidación del poder de la
Iglesia, refiriéndose concretamente al principio por el cual la Iglesia
debe obtener el dinero para el pago de impuestos de fuentes ajenas a su
entorno; también se ha planteado la historia como la redención a través
de la Iglesia dentro de un significado eminentemente religioso. La
crítica ha querido ver en la segunda figura de la derecha en el grupo
central un retrato de Felice Brancacci, por lo que sería lógico pensar
que el significado estaría en relación con el comitente.

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