La flagelación en sí no fue un
castigo exclusivo para Jesús. Lo mandaba la ley. La flagelación era un
preámbulo legal a toda ejecución. Había una excepción: los
ciudadanos romanos condenados a decapitación no eran flagelados, sino fustigados
con la fusta. Esto se hacía, según Tito Livio, en el mismo lugar del
suplicio, inmediatamente antes de la decapitación.
Los condenados a crucifixión eran flagelados
habitualmente durante el trayecto que había entre el lugar donde se
dictaba la sentencia y el del suplicio. Muy raro, como en el caso de Jesús,
que se llevara a cabo en las dependencias del tribunal. Esto sólo se
hacía en los casos en que la flagelación era sustitutiva de la pena
capital. El caso de Jesús fue raro. Su flagelación no fue la legal
que precedía a toda ejecución y que se daba en el trayecto, camino del
suplicio, sino que constituyó un castigo especial, como veremos. Esto
exige dos explicaciones: cuándo le flagelaron y el porqué
Mateo y Marcos no nos dicen ni cuándo ni el porqué,
sólo constatan el hecho: "Y habiendo hecho flagelar a Jesús,
lo entregó (Pilato) para que lo crucificaran".
Lucas es más explícito, y cuando está explicando
los esfuerzos de Pilato para salvar a Jesús, al final nos cita una
frase del Prefecto: "Le castigaré y luego le soltaré". Ya
vislumbramos algo. Juan nos afirma que Jesús fue flagelado durante los
juicios de Pilato.Ya tenemos el cuándo. Veamos ahora el porqué:
Pilato juzga que la primera acusación hecha a Jesús
("Se ha hecho Hijo de Dios y según nuestra ley debe morir"
no caía bajo la ley romana. Era cuestión religiosa y la Justicia
romana no actuaba en estos casos para dirimirla. Por lo que consideró a
Jesús inocente: "No encuentro en él, causa alguna de condenación".
Tras una deliberación de los judíos, éstos hacen
una segunda acusación que sí entraba dentro de la Lex Julia:
(Había permitido ser aclamado Hijo de David que según ellos iba a ser
su rey). Quería hacerse rey y esto iba contra el Emperador. Pilato
tiene obligación de atender esta acusación. Pilato pregunta a Jesús
sobre su realeza y, no sacando nada en claro, lo considera de nuevo
inocente.
Enterado de la estancia de Herodes en Jerusalén y
siendo Jesús su súbdito, Pilato se lo envía a ver si le resuelve el
problema. No es así y Pilato en el tercer juicio dice a los judíos: "Ni
Herodes ni yo encontramos en él causa alguna de muerte".
Después de los fracasos anteriores, Pilato equipara
a Jesús con un criminal y ladrón, con Barrabás. La propuesta era, a
quién de los dos querían que les soltase. La plebe prefiere a Barrabás,
a la vez que grita que Jesús sea crucificado.
Ante las decepciones anteriores, Pilato decidió dar
a Jesús un sustitutivo de la pena capital, para acallar al pueblo: "Le
castigaré y luego le soltare". Después de este episodio, es
cuando Jesús es flagelado y viene el hecho del ECCE HOMO.

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